Esta noche. Llamada a la Cordura.
Llevaba unos días pensando en cómo reactivar este blog, en sobre de qué hablar en él… Y, de repente, pasa lo que ha pasado esta noche. Preferiría haber hablado de marketing, de RRHH, de Branding, incluso repitiendo temas ya trillados. Pero no puedo callarme, tengo que sacar de mí esta pena y este miedo que llevan acumulándose toda la noche.
En primer lugar, mis más sinceras condolencias al pueblo francés. A los familiares, a los amigos, a los conocidos, a todo aquel que hoy se ha levantado llorando y temblando. A todo aquel que hoy siente el alma llena de desasosiego, de frustración, de desconcierto.
Ha sido un atentado brutal, morboso, terrible. Se me antoja incluso peor por haber sido perpetrado uno a uno y con armas de fuego, tomándose su tiempo para ir buscando inocentes a los que asesinar, en vez de con una bomba que hiciese saltar por los aires un lugar lleno de gente, en un segundo. Aunque hayan sido menos personas de esta forma las fallecidas y heridas, tiene unas implicaciones muy diferentes. Lo transforman en algo más morboso, más personal, reflejan que todo les da igual, sólo quieren matar. Tras asesinar a decenas de inocentes, se han autoinmolado. Sólo les importaba matar a cuantos más mejor, pero mirándoles a los ojos, viéndoles intentar huir. Es espantoso.
Una vez más, mis más sentidas condolencias.
Yo también tenia de quién preocuparme en París, y esta mañana he respirado de alivio al saber que esas personas están bien, pero no lo siento menos por los fallecidos y sus familiares por el hecho de no saber sus nombres y apellidos.
Una vez asentada mi pena y desasosiego, tengo que dar salida a mi terror. Y no es sólo por lo que pueda llegarnos a los europeos, es por el pueblo de la gente que ha perpetrado este horror. Por favor, no perdamos de vista que esto lo ha llevado a cabo un grupo de radicales, llenos de ira y odio, que ponen a la religión como excusa para liberar un rencor que llena sus corazones de ceguera. Esto no lo ha hecho un pueblo, no lo han hecho los refugiados, no lo ha hecho tu vecino de tez morena y acento diferente.
El odio, la venganza y la locura no se combaten con más odio, venganza y locura. Debemos centrarnos en localizar a los culpables, en derrotarles y evitar que sigan haciendo mal, pero sin por ello actuar como ellos, llevándonos por delante a inocentes que condenan estos actos tanto o más que nosotros, que hoy habrán dormido incluso más asustados, que estarán mirando al mundo esperando a ver cómo reaccionamos y si decidimos ir a por ellos. Que no han hecho nada salvo vivir esta situación día sí y día también, a lo largo de toda su vida.
Por favor, no aumentemos aún más con excusa de atentados como este el racismo en todo el mundo, no pensemos que esto es porque ellos son diferentes, no pensemos que es culpa de todo un pueblo, de una religión. Es culpa de unos radicales que buscan excusas como una tira cómica para sembrar el mal y el terror, esperando precisamente que nosotros reaccionemos, para poder sembrar aún más caos y muerte.
Y tampoco es que el pueblo europeo sea precisamente inocente. ¿Acaso no enviamos tropas contra ellos sin parar? ¿Acaso no damos la espalda a sus desgracias, apoyando a aquellos que les oprimen, que les matan, que les asesinan todos los días como ha pasado hoy en París? Sé que son afirmaciones simplistas y que estas preguntas llevan consigo infinitas connotaciones, pero no deja de ser menos cierto que Europa y EEUU matan a cientos de inocentes en esos pueblos sin contemplaciones, a diario. Y cuando no lo hacen (hacemos), permitimos que otros lo hagan.
La única forma de detener esto es mostrando apoyo a todos lo inocentes, cristianos o musulmanes, religiosos o ateos, de tez clara o morena, del norte o del sur. La única solución es detener el sufrimiento, la injusticia, el racismo, el odio.
Tiemblo de pensar en los centros de refugiados, en los pueblos, en toda la gente que va a recibir el castigo por aquellos que lo merecen, siendo absolutamente inocentes.
Por favor, no perdamos la perspectiva, no juguemos a su juego. Llevamos siglos con este mismo tira y afloja. Ya se ha demostrado que emplear la violencia no sirve para nada, porque esa violencia siempre vuelve, nos separa, nos vuelve bandos enfrentados cargados de odio por gente que tiene tantos motivos para odiarnos como nosotros para odiarles a ellos. No seamos marionetas de los terroristas, combatámosles, juntos, todas las personas sin importar raza, etnia o religión. No es continuando como hasta ahora que podremos lograr que esta ruleta pare. Es parando nosotros, juntándonos y comprendiéndonos, asumiendo la culpa de cada pueblo y el daño que cada uno ha hecho al otro. Perdonándonos y luchando juntos contra quienes quieren manipularnos, contra quienes quieren usarnos como carne de cañón para continuar con su propia guerra, con su propio odio, con su propia ceguera, que no debería ni de pertenecer a esta época. Dejemos esta ira y este rencor en el pasado, que ya pasó, y dejemos de culpar a hijos de hijos que no tienen culpa de lo que sus padres hiciesen.
Por favor, no os dejéis arrastrar, no os dejéis engañar, no hagáis daño a quien sólo merece que se le de cobijo y ayuda, con quien puede ayudarnos a que esto llegue a su final.
No sigamos siendo marionetas ciegas que se dejan llevar por un odio sin nombre. Pensemos, curémonos las heridas los unos a los otros, comprendámonos, lloremos juntos por cada muerto en manos del terrorismo sin razón. Sin importar de dónde venga. Aseguremonos de no crear más hijos con ira y odio por lo que hicieron sus abuelos.
Paremos esta ruleta. No con armas, no devastando un pueblo entero. Parémosla sin nuevos genocidios, sin más derramamiento de sangre inocente.
Parémosla con sentido común.
Obvio aquí quiénes son los verdaderos culpables de esto. Los mercados, el capitalismo, el poder, el dinero, el uso de seres humanos como carne de cañon, el hambre, el dolor, la miseria, la desigualdad. Esto no pretende ser un blog politico, incluso aunque las últimas entradas hablen de ello. Esto es sólo un aullido de frustración viendo las reacciones que en las redes sociales está teniendo este horror. Es un llamado a lo que creo que es la cordura. Es un simple intento de calmar mi interior, sabiendo que no puedo hacer apenas nada en ese sinsentido que obvia la vida, la libertad y la justicia en búsqueda de sus propios intereses.