La importancia de poder ser uno mismo, o por qué ponía fotos de curriculum con orejas de gato
Me acuerdo de la cara que puso mi novio cuando vio uno de mis primeros currículums. “Pero Ana ¿¡cómo se te ocurre, poner una foto con orejas de gato en tu curriculum?!”. La respuesta me salió sola: “quiero que, si me contratan, sea porque les gusta como soy, porque les interesa tener una persona diferente, extrovertida y desenfadada. No pienso ocultar el cómo soy sólo por tener un trabajo”.
Y aún me sigo planteando eso mismo. ¿Para qué quiero entrar en un sitio en el que me paguen bien, si luego no encajo, o no me permiten ser yo misma? ¿Acaso tengo que fingir ser una persona que no soy, varias horas al día? ¿Ser sincero, diferente, espontáneo, está reñido con hacer bien tu trabajo?
(Por supuesto, en todo esto entran muchos factores, el hecho de si tienes un trabajo o no, si hay una hipoteca de por medio, si tienes niños o alguna enfermedad grave. Todo es relativo. Pero, una vez que tienes una vida relativamente estable ¿No es hora de establecer prioridades?)
Es una falacia pensar que en todos los puestos se necesita el mismo tipo de perfil “normal”, que si tienes algo diferente y te pillan, no tendrás un futuro.
Hay tantos perfiles de negocio como tipos de persona, que se enfocan hacia cierto tipo de clientela, que quieren transmitir cierta forma de ver la vida. Y, lo mismo que no pondrías a una persona seria y taciturna a trabajar en un parque de atracciones vestido de cerdito con sombrero, tampoco pondrías a una persona excesivamente jovial y desenfadada a servir en un hotel estirado y vetusto (al menos, si quieres seguir transmitiendo esos valores tradicionales). Sencillamente, porque hay otra mucha gente que se puede amoldar mejor a ese puesto, que lo ejecutará mejor y que será feliz haciéndolo. Y que el empleado esté contento con su trabajo, que se sienta como en un guante en el, es fundamental.
Si crees que eres una persona dentro de la media, que quiere un trabajo dentro de la media, entrega un curriculum dentro de la media. Pero si sientes que eres una persona diferente (como seguramente sea el caso), que puede aportar otras cosas a su puesto de trabajo, que no sólo necesita ser él mismo, sino que necesita un puesto en el que le pidan precisamente el serlo, ¿por que no ir un poco más allá?. Igual necesitas un sitio silencioso, o igual eres incapaz de trabajar si no hay música. Quizá quieras tener tu pequeña cueva personal, o no puedas estar en un sitio que no sea abierto y sin luz natural. Quizá necesites un trabajo con contacto constante con seres humanos, o no soportes que nadie te mire mientras trabajas. Quizá seas un excelente orador, o tengas pánico a hablar si hay más de tres personas.
Si vas a dedicar buena parte de tu tiempo y energía a un proyecto, deberías hacerlo estando cómodo, sin tener que fingir que eres quien no eres. El trabajo es una parte importante de nuestras vidas, no se puede pretender que dejes de ser tu mismo 8 horas al día. Y las empresas se van dando cuenta. ¿Por qué no hacerlo nosotros?
Mi curriculum hace 4 años, cuando entré a trabajar en Pepinillo (ver sección “WikiRed”) tenía el texto en color azul, y en mi foto llevaba un sombrero de cowboy. A la entrevista llevé el pelo verde, y fui vestida con el estilo que tenía en aquel momento (bastante goticoso). Para mi entrar a trabajar en aquella empresa era un sueño, no quería estropearlo, y me plantee seriamente si teñirme el pelo, si ir vestida más normal, si quitarme el piercing de la lengua. Pero luego lo volví a pensar, y decidí que, si no me querían como era, entonces yo no quería ese trabajo.
Desde entonces, han pasado muchas cosas, entre ellas he cambiado de posición (en otras empresas lo llamarán ascender) en dos ocasiones, y ahora me encargo de la formación de clientes y compañeros. También he ido cambiando mi estilo. Ahora visto más normal, con vaqueros, camisetas, alguna falda ocasional. Mi pelo lleva un par de años sin dejar de ser rojo, aunque con alguna mecha o degradado ocasional (muy “en red” también ;p). Pero no es porque me haga falta para mi trabajo, sencillamente es porque me he tranquilizado un poco, supongo que porque he “madurado”. Y así lo reflejo ahora en mi curriculum, con una imagen sin ornamentos disruptivos, solo una yo sonriendo en una foto espontánea, en mi casa. Así es como me siento ahora mismo, y el trabajo que busco es afin con esta nueva forma de ser, mas adulta y sosegada, cercana pero divertida.
Aviso de que aún me pongo a bailar en mitad de cualquier parte cuando oigo una canción que me gusta. Y que trato a los clientes de tu a tu. Que a veces hablamos de nuestra vida privada, que hago amistad con ellos y comentamos de ir al gimnasio juntos. Que hablo de cómics y videojuegos, que cuento chistes verdes. Que, cuando estoy triste, me cuesta sonreír, y cuando estoy feliz no hay ni una persona que no se entere. Que me río sin disimulo, y que cuando tengo hipo o estornudo, soy un poco estrepitosa. Que soy un ser humano. Y quiero un trabajo en el que ser como soy.
¿No lo querrías tu?
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